Desde el día 2 y hasta el 13 de diciembre ha tenido lugar en Madrid la vigesimoquinta Cumbre anual del Clima de Naciones Unidas o COP25. El principal objetivo de esta cumbre es conseguir un acuerdo político para fijar planes nacionales de recortes de emisiones de gases de efecto invernadero, según lo establecido en el Acuerdo de París de 2015.
El Acuerdo de París, ratificado por 187 países, entre los que se incluyen los cuatro principales emisores de CO2 del mundo (China, Estados Unidos, Unión Europea e India), marcó el objetivo de mantener el aumento de temperatura del planeta por debajo de los 2 grados, intentando no superar un incremento de 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales. Para lograrlo, todos los países firmantes se comprometieron a preparar planes nacionales de reducción de las emisiones.
Sin embargo, las valoraciones muestran que muchos países no están cumpliendo sus compromisos de reducción de emisiones. Este año, como los anteriores, ha vuelto a crecer la concentración de CO2 atmosférico, alcanzando ya el nivel más alto de los últimos 5 millones de años.
Aunque el cambio climático es un fenómeno global, su impacto resulta evidente en las zonas urbanas. Como consecuencia del aumento de la temperatura global, muchas ciudades (ciudades como Móstoles) ya están padeciendo las consecuencias: fenómenos meteorológicos extremos (inundaciones, sequías, olas de calor, incendios y tormentas), pérdida de superficie por el aumento del nivel del mar, efectos en la salud humana, empeoramiento de la calidad del aire, etc. Problemas que se agravarán en un futuro y nos afectarán a todos, especialmente a los más pequeños, entre los que se evidencia un aumento de enfermedades respiratorias, alergias, desarrollo de sistemas inmunitarios débiles, proliferación de enfermedades infecciosas, problemas nutricionales, etc.
Por todo ello el cambio climático es, sin duda, el gran reto de nuestro tiempo y debe abordarse desde todos los ámbitos y con urgencia. Resulta evidente que no se puede confiar el futuro de nuestro planeta y de nuestros hijos y alumnos a las decisiones que se adopten a nivel político. Así que, independientemente de las medidas que se adopten en la Cumbre del Clima, resulta trascendental un cambio de conducta y estilo de vida de los ciudadanos. Para ello la educación ambiental y la comunicación de mensajes claros y basados en la ciencia, resultan claves para fomentar/propiciar ese cambio de conducta.
En consecuencia, desde el colegio queremos dar ese primer paso para que nuestros alumnos sean los protagonistas de dicho cambio. Y qué mejor forma que visitando el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, ya que es a través del conocimiento y de la ciencia como todo ese progreso podrá tener lugar.
A continuación podéis leer algunas opiniones de los alumnos de 6.º curso de Educación Primaria sobre su visita al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología:
El pasado mes de noviembre los alumnos de 6.º curso estuvimos en el MUNCYT (Museo Nacional de Ciencia y Tecnología).
Lo primero que hicimos fue visitar la primera planta del museo, donde había muchos objetos antiguos como televisiones, coches, instrumentos que se utilizaban en la medicina, etc.
Después, subimos a la planta de arriba, la cual tenía muchas secciones en las que podías realizar experimentos como formar olas o un tornado, ver cómo se generan las nubes o incluso saber a cuántos kilómetros por hora puedes chutar un balón.
Por último, hicimos un taller en el que extrajimos el ADN de una fresa con un experimento en el que utilizamos productos como la sal, jabón o zumo de piña.
Recordar esta excursión nos ayudará mucho a comprender los dos últimos temas de Natural Science, que tratan de la materia y el magnetismo, porque había varios experimentos sobre esos temas.
¡Nos lo pasamos genial!

Los alumnos de 6.º de Primaria hemos ido al MUNCYT que es un museo de ciencia y tecnología. Allí vimos un montón de inventos como la radio, el coche, el microscopio… y pudimos entender cómo han evolucionado a lo largo de los años.
En la segunda planta también hay experimentos con los que nos quedamos alucinados porque se pueden manipular y es interesante poder interactuar así en un museo.
Finalmente realizamos un taller donde nos contaron qué es el ADN y cómo extraerlo de una fresa.
¡Fue una excursión inolvidable!

En el mes de noviembre los alumnos de 6.º curso de Primaria hemos ido al MUNCYT que es el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología. Nos lo pasamos muy bien.
Mientras un grupo visitaba las diferentes zonas del museo, otro grupo realizaba un experimento: extraer el ADN de una fresa. Lo que más me interesó fue comprobar cómo realizar algo tan complejo como extraer el ADN de una célula de una fruta, se puede hacer con ingredientes tan corrientes como la sal, el alcohol o el zumo de piña.
A la hora de la comida salimos al jardín del museo donde pudimos jugar antes de entrar de nuevo al museo para terminar la visita, para, más tarde, coger el autobús de vuelta al colegio.
En resumen, la visita al MUNCYT ha sido una experiencia para recordar.

Los alumnos de 6.º hemos ido al MUNCYT, donde descubrimos una sala con importantes inventos. Era emocionante ver cómo estos inventos han evolucionado a lo largo del tiempo, por ejemplo, el coche o la radio.
También estuvimos aprendiendo ciencia viendo y jugando con distintos experimentos: gritamos dentro de una cámara que tenía un medidor de ruidos y chutamos un balón contra una lona que medía la fuerza y la velocidad con la que lo hacíamos.
Más tarde, en otra sala del museo, hicimos un experimento en el que sacamos el ADN de una fresa con productos normales que todos tenemos en casa.
¡Nos lo pasamos fenomenal!

Nuestra visita al Museo Nacional de Ciencia y Tecnología fue una de las mejores excursiones que hemos hecho porque, además de visitar un lugar muy interesante, nos lo pasamos muy bien. También nos ayudó a entender mejor y recordar lo que estudiamos en Ciencias Naturales el año pasado sobre la célula y sobre los seres vivos.
Lo más interesante fue que, utilizando productos que usamos diariamente, pudimos extraer el ADN de una fresa recordando las partes de una célula.
Personalmente lo que más me gustó fue poder manipular e interactuar con todos los experimentos que componen las salas del museo.

La excursión que hemos hecho al MUNCYT ha sido muy interesante. Había salas muy curiosas con vehículos muy antiguos: coches, motos y velocípedos. En otra salas se podían ver inventos como el microscopio y nos dimos cuenta de cómo eso inventos han evolucionado a lo largo del tiempo desde que se inventaron.
Sin embargo, lo mejor de todo, fue el taller que hicimos en el que pudimos experimentar con el ADN de una fresa.

Este trimestre los alumnos de 6.º hemos ido al Museo de Ciencia y Tecnología y nos lo pasamos genial. Fue muy entretenido ver todas las salas del museo en las que se veía cómo han evolucionado y cambiado los inventos.
Además, no es un museo como otro cualquiera, hay una planta entera en la que se pueden manipular todos los objetos para entender los experimentos que tienen que ver con las ciencias.
También nos ayudó a profundizar en los conocimientos sobre las células realizando un taller sobre el ADN.
